Se despidió de su novia, lo destinaba la OTAN a esa guerra en los Balcanes, llevaba el miedo en la bota, a su madre en la memoria veinte años en un petate bajo bandera española, en una tierra de nadie, tanta muerte entre las bombas, que vio su sangre, y sufrió en esas personas pesadillas como el hambre, cuando la guerra se termino, loca de alegría volvió a esperarle, gracias a Dios su hijo volvió y podrá abrazarle, sin lamentarse, hay quien le dice a esa pobre madre que aunque este como una rosa se le va a morir de cáncer, hay quien le dice a esa madre que el uranio de esa bomba le envenenaron el aire, que no habrá culpable porque esto es una hazaña para que cuatro militares se coloquen sus medallas, que mas da que un miserable le arranque el corazón a esa pobre si es por España
J.M. Lozano
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